Mi novio es un piloto
El ataque a la
tierra era inminente. No había nada qué hacer más que atacar y al fin, librarse
de los alienígenas. Minmei sabía bien eso, pero tenía miedo de perder a Hikaru
en el camino. Aunque sabía que él estando allí era otra persona: le apasionaba
su trabajo ¡y era un excelente piloto! Por eso, en cuanto la explosión sonó y
él salió corriendo para ir a la base, ella corrió tras él. Sabía lo que eso
significaba: se iría nuevamente.
Lo alcanzó, en
medio de la ciudad destruida. El ruido de las explosiones se sucedía una tras
otra, sin darle tregua a un momento de paz. La gente corría a los refugios, era
lo más sensato: esconderse.
—Debo irme—
dijo Hikaru deteniéndose y tomándola de la mano.
—Lo sé. Quiero
ir contigo. Llévame como aquella vez— le pidió la muchacha enfocando su mirada
segura. No importaba a donde fuera, el cielo, el infierno o más allá de las
estrellas, si estaba con Hikaru, podría hacer lo que hiciera falta.
Hikaru la miró
con asombro y olvidándose por un momento de la guerra que los rodeaba, la
abrazó. No podía permitirse algo como eso. Acarició su espalda y separándose un
poco de ella, le dio un beso en los labios. No iba a permitirse que nada le
sucediera, por eso, era importante que ella se quedara y fuera a un refugio que
él, daría la vida por mantenerla a ella con bien.
—Yo mismo te
protegeré. Espérame, por favor— le pidió agarrando sus manos entre las suyas:
era una promesa. Él iba a protegerla y volvería por ella.
Minmei lo miró
marcharse sin poder hacer nada para ello: su novio era un piloto y la vida del
piloto era así, así como ella y su vida de cantante eran otro tema. Pero creía
en Hikaru por sobre todo. Si le había dicho que regresaría, ella esperaría por
él.
El pánico era
el principal protagonista en todos lados. Las personas temían por sus vidas y
aun estando en los refugios, se sentía el miedo. Minmei miraba por la pantalla
como otras personas esperando a oír lo que todos ansiaban: ganar la batalla. No
había mucho más qué hacer que eso: esperar. Sin embargo, ella tuvo una idea que
podría ayudar. Ya alguna vez había servido para inspirar a los soldados,
incluso, para ganar la batalla contra los Bodolza, donde su canto había sido un
arma importante ¿por qué no usarlo ahora para traer un poco de calma? Quizás,
no alcanzaría a grandes masas como antes, no había micrófonos, ni buen equipo
de sonido, ni si quiera una banda, pero, podría con aquellas personas que
estaban allí, con ellas, al menos, darle ese momento de paz que todos ansiaban
tener.
A
volar por el firmamento
Con
toda tu gran pasión
Mi
fuerza yo siempre te daré
No
importa que tan lejos estés.
Buscaré
la forma de animarte
Y
siempre me tendrás para abrazarte
No
importa qué tan duro sea
Mi
amor por ti siempre espera.
Y en medio de
la estrofa, se sintió el sonido de una guitarra, acompañando la rápida
improvisación de Minmei. Ella sonrió y siguió entonando su canción. La gente
que estaba allí ya había empezado a prestarle atención y podía ver más de una
sonrisa en los rostros de sus espectadores. Pero una más grande se esbozó
cuando alguien gritó que el SDF-2 había levantado vuelo ¡había levantado vuelo!
Eso significaba una gran posibilidad para ganar para los humanos.
Salieron
corriendo del refugio viendo como la nave se levantaba emprendiendo vuelo.
Estaba en mal estado, pero con una fe renovada en cada una de los espectadores.
Ella sonrió,
juntando sus manos a la altura de su pecho, elevando una oración, pidiendo por
él, por todos los que combatían, que volvieran con bien y que al fin, acabaran
con todo aquello, con tanta destrucción. Adoraba que Hikaru pudiera ser feliz
como piloto, pero realmente quería que no necesitara ser piloto, pues, si no
había guerras, no había necesidad de arriesgar su vida de esa manera y podría
dedicarse al pilotaje en áreas más seguras.
Todos miraban
expectantes, el SDF-2 hizo su último disparo antes de caer y dio justo en el
blanco. La explosión fue intensa, la onda expansiva hizo que los restos de
chatarra que ahora era el enemigo, salieran volando por todos lados. Los que
estaban fuera se apresuraron a entrar, pero con una alegría nueva en su mirar:
todo estaba por terminar.
Ella fue la
primera en salir apenas sintió la paz reinar una vez más y comenzó a correr
hacia el sitio donde cayó el SDF-2. Hikaru estaría allí, estaba casi segura de
que Hikaru iba a llegar allí. Corrió lo más rápido que pudo, en lo que le
permitían sus piernas, el terreno y los tacones, una pésima combinación, pero
no sería momento de detenerse por eso. Tenía que llegar, ver a Hikaru una vez
más, abrazarlo y estar segura entre sus brazos de nuevo.
Agitada, se
detuvo buscándolo con la mirada. Había otras personas allí, Misa, más soldados
¿y Hikaru? Estaba preocupándose cuando un avión descendió no muy lejos de ella.
Al ver abrirse la cabina, Minmei saltó de gusto, corriendo a abrazarlo, para
arrojarse a sus brazos y los dos caer al suelo.
Misa miró todo
desde su lugar, ella no sería capaz de hacer semejante cosa y en cierta forma,
sentía envidia de Minmei de tener la valentía y la fuerza de demostrar su amor
tan abiertamente a todo el mundo y a pesar de todo. Ella era una mujer tan
correcta que no era capaz de hacer lo así, aunque amaba con locura, su etiqueta
la hacía contenerse muchas veces. Y si no fuera porque Hikaru estaba
comprometido con ella ¿habría saltado a sus brazos de esa manera? Suspiró y
miró hacia otro lado mientras la pareja se levantaba del suelo, feliz, con un
mañana más brillante en el horizonte y quizás, una vida mucho más feliz por
delante.
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